ACCIONES DE LAS PGE2 Y PGF2 EN EL ABORTO
Y FACILITACIÓN DEL PARTO
Durante el trabajo de parto, y de manera natural, el
cuerpo produce prostaglandinas (PGs); estas cumplen la función de preparar el
cuello uterino y ayudar a dilatarlo en respuesta a las contracciones. Cuando se
decide inducir el trabajo de parto y el cuello uterino todavía no está dilatado,
se emplean PGs sintéticas para madurarlo antes de utilizar los fármacos que
producen las contracciones.(1)
Entonces, ahora que ya sabemos la función principal que
cumplen las PGs en la inducción del parto, surge la siguiente pregunta: ¿pueden
estas como fármacos sintéticos ser utilizadas en cualquier etapa de la
gestación y provocar un parto prematuro?, de ser así ¿qué complicaciones
surgirían tanto para la gestante como para el feto?
Las funciones y acciones de las PGs son diversas según
su tipo y el receptor sobre el que actúan. Así tenemos PGD2, PGE2 y PGF2α.
Estas últimas que actúan sobre el receptor FP y tienen como función principal
la contracción uterina y broncoconstricción. (2) En un embarazo normal las prostaglandinas se
sintetizan en las membranas fetales, la decidua, el miometrio y la placenta. El
amnios y el corion producen principalmente PGE2, la decidua sintetiza PGE2 y
PGF2, el miometrio secreta sobre todo PGI2. la placenta produce grandes
cantidades de PGI2 que protege la circulación a baja presión del espacio
intervelloso contra la trombosis. La producción de estas sustancias se realiza
en cantidades proporcionales a la edad gestacional de forma que al final de la
gestación se producen más cantidades de PGs que en el primer trimestre. La
inhibición va disminuyendo a la largo del tiempo. Esta es la razón por lo que
en el tercer trimestre es más fácil inducir el parto que en el segundo y tercer
trimestre.(1,2)
Para la interrupción del embarazo las prostaglandinas
más usadas han sido la E2 y la F2α y se han administrado por diferentes vías, a
saber: intravenosa, intrauterina, intraamniótica, vaginal, oral e
intramuscular. En general, los resultados han sido buenos, teniéndose que
lamentar nada más la frecuencia de reacciones secundarias, tales como náuseas,
vómitos, diarrea, reacción eritematosa local, taquicardia, pirexia y síntomas
vasovagales.(3)
Debido a la frecuencia de estas reacciones secundarias
es que algunos autores han asociado la ocitocina a las PGs administradas por
goteo intravenoso con el objeto de aumentar y potencializar sus efectos y así
poder disminuir sus dosis, evitando o disminuyendo grandemente sus efectos
secundarios, especialmente los acusados en el área gastro-intestinal.(2,3)
Desde
el primer uso de las PGs en 1968, en la
inducción del trabajo de parto a término y
luego en 1970 para la interrupción del mismo, ha habido un creciente uso en centros de
investigación de todo el mundo, surgiendo actualmente especial interés en los
llamados análogos sintéticos, los cuales prometen mejores resultados a dosis
menores, sin reacciones secundarias molestas.(3)
La revisión de 56 ensayos (7738 mujeres) halló que si
bien esta vía de administración es efectiva, no ofrece ventajas con respecto a
otros métodos de administración, en particular, la vía vaginal.(4)
Ya
para finalizar, vemos que el uso de las prostaglandinas en el embarazo y en el
parto tiene un papel fundamental en la medicina, sin embargo existen casos en
los cuales peligra la salud tanto de la madre o como del feto, o incluso
malformaciones genéticas que ponen en peligro la vida de ambos, ante estas
situaciones el medico junto con los familiares toman las decisiones. Pero
existen casos actualmente en los cuales no justifica la aplicación del aborto,
a tal punto de poner en riesgo la vida de la madre y quitar la vida de un
inocente.(5)
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1. Soledad DP-. El uso de las
prostaglandinas en obstetricia y ginecología: el caso del misoprostol. 2011.
1-36 p.
2. Sánchez Gila
LJ. Prostaglandinas y función reproductiva. Clases Resid 2008. 2008;1–15.
3. Nuñez JA.
Uso de la Prostaglandina F2 Alfa por vía endovenosa en la interrupción del
embarazo. EEV MED. 1969;43:36–42.
4. Institut Clinic de Ginecologia,
Obstetricia i Neonatologia HC de B. Protocolo: inducción del parto y métodos de
maduración cervical. 1-20 p.
5. Valenzuela CY. Ética
científica del aborto terapéutico. Rev Médica Chile. 2003 May; 131(5):562–8.
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